Una voz más reciente aún es la de Gabriel Aresti, ahíto también de influencias exteriores que proceden de un conocimiento de primera mano de los líricos occidentales; por encima de las influencias, hay un acento inconfundiblemente personal tanto si se expresa con brillantes imágenes como con mordaz ironía, lo mismo si recurre a combinaciones métricas recién inventadas que si se contenta con la técnica primitiva del bersolari popular.